miércoles, 2 de abril de 2014

Cuestionario Terry Eagleton-Post-marxismo


1) ¿Cómo funciona la literatura como ideología?
El desarrollo significativo en las formas literarias está determinado por el cambio significativo de una ideología, es decir, que la relación entre forma y contenido está determinada por la necesidad prioritaria de una colectividad. Estas nuevas formas de percibir la realidad social y las nuevas relaciones entre artistas y audiencia, son las relaciones primordiales polarizadas que existen entre literatura y colectividad.
El “Marxismo vulgar” en la literatura no es más que la ideología que se encarga de reflejarla. Sin embargo, desde otro punto de vista, la literatura sirve para cambiar la ideología confrontándola. La literatura trasciende los límites de la ideología, ofreciendo una mirada de la realidad que la ideología esconde.
La mera forma en que una novela cambió por una serie de propuestas e intereses ideológicos. No importa que contenido tenga una novela de una época determinada, ya que comparte determinadas estructuras formales con otros trabajos.
Las dos maneras de la crítica marxista para dividir las cosas son la conciencia y el actuar. Sólo se existe a través de la realidad social, el actuar se determina por la conciencia colectiva. Marx llama infraestructura a las fuerzas productivas, por ello es necesario que surja una superestructura que legitime el poder. Entonces para entender la literatura se debe entender todo el proceso social desde el que se parte.
La literatura como ideología no funciona, sólo el texto funciona a la ideología, esa ideología es resultado de las relaciones sociales en las que, no de forma libre, se mezcla el individuo en determinado periodo y lugar. La Ideología no significa en primer lugar una serie de doctrinas, significa el modo en el que los hombres desempeñan sus roles en la sociedad
El marxismo vulgar tiende a ver las obras literarias como las reflexiones de una ideología dominante. La literatura desafía a la ideología de su tiempo
Mientras tanto, Althuser afirma que la literatura no puede ser reducida a la ideología, sino que tienen una relación, que la ideología es las formas imaginarias que tiene el hombre del mundo real, y éstas son dadas por la literatura, quien nos hace ‘vivir’ y ‘sentir’ cuando leemos, en lugar de que lo analicemos.
Por su parte, Macherey distingue entre ilusión y ficción. La primera es sobre la que un escritor trabaja dándole una forma y una estructura, y ciertos límites ficcionales revelan los límites de la ideología; para él, el arte libera las formas ilusorias de la ideología.
La literatura es como un espejo que refleja la ideología (social), pero al ser un espejo está contrapuesta y sólo en esta visión podemos observar las fallas o aciertos de esta ideología, puesto que la literatura transmite los ideales y experiencias (que fundan la ideología). Para esa transmisión (o creación ´ficticia’ de la realidad) el escritor literario recurre a una forma y estructura, que le son convenientes.


2.- ¿De qué manera se relacionan la forma y el contenido?
Desde su esencia, el Marxismo se ha opuesto al formalismo tradicional, aunque de forma posterior este mismo ha puesto su atención en la forma artística, en la que basado desde la perspectiva dialéctica Hegeliana, el mismo Marx decía que había una especie de “unidad” entre la forma y el contenido en el que “cada contenido determina su propia forma, pero éste reacciona a partir de una relación de doble filo”. Asimismo, ahondando en lo que Hegel llama “el mundo espiritual”, las “Ideas” o el “Absoluto” Marx explica a partir de estas denominaciones que si el contenido no encuentra su propia forma para ser expresada, se genera una mal comprensión del contenido.
 De esta forma pone de ejemplo al arte griego, cuya armonía vistosa es percibida de la misma forma en “épocas” distintas; todo lo contrario a lo que ocurre en el Romanticismo, donde el “espíritu” es absorbido por un exceso de material sensual de manera que el contenido abruma a la forma.  
 Mientras tanto, en lo personal, un ejemplo que podría señalar un caso polarizado al romanticismo sería con el arte barroco y el manierista. Principalmente en la época de Oro española donde los excesos ornamentales junto a la composición recargada y ostentosa –visto no sólo en el arte arquitectónico sino también en la plástica y en la poesía- ponían de relieve que esa sobrestimación de las formas era capaza de desequilibrar al contenido.
Aun cuando Marx no estaba del todo de acuerdo con Hegel, pensaba que la forma no era sólo un capricho, ya que las formas cambian, transforman y revolucionan el contenido; de esta forma postula que “las formas está históricamente determinadas por un tipo de contenido”.